
Lamentablemente a las 22.10 terminó ese partido y comenzó el de estos
muertos, que miércoles tras miércoles, hacen permanentes donativos a los dueños de
Serrano, ya que alquilan la cancha pero no pareciera que la utilizan. Estos
animalitos que con sus siluetas esféricas, hacen daño a los ojos y nos hacen
pensar que jugadores como Messi, Di Maria, Agüero e Higuain, son de otra
nacionalidad, de un país donde realmente se juega otro deporte, que el que
practican estos muchachos.
El miércoles se intentó implementar esta novedosa técnica de elección que
trajo el Paje (le va mejor como matemático que como futbolista), con el
objetivo de hacer un fútbol más parejo. Realmente esto tuvo
resultado, ya que el nivel de ambos equipos fue casi idéntico, PÉSIMO.
En esta oportunidad los que eligieron fueron el ex – arquerito Jorgito (lo
único bien que hizo hasta ahora fue tener el nombre de un alfajor muy rico) y
el cada vez mas delincuente en la cancha, Chino, quien esta vez llegó temprano, 22:06.
Posteriormente, hubo un intento de elección, donde como era de esperarse,
ninguno supo armar su equipo para poder ganar (es que los buenos jugadores
habían faltado al partido de ayer).
El Oriental eligió a Homero Brener, con la esperanza de que en este
partido, no intentara su jugada de “la piso y te hago un caño”, la cual ya la
conoce hasta la chica que cobra en la entrada. Dicen que la última vez que
funcionó, fue allá por el 2001, cuando participó de un juego con chicos en
muletas.
Además del Sr. Bresler (me invento otro apellido para olvidarme que fue él
quien jugó el miércoles), conformaron el equipo: Dema, Ari y Marian (OK, los
espero a que terminen de cagarse de risa y sigo…). Como era de esperarse,
durante todo el partido los tres intentaron superarse uno a otro para ver quien
era el mas malo y finalmente el ganador fue el esquimal Tarnapolsky, quién
demostró que ni aún escondiéndose bajo tanta ropa, puede hacer desaparecer al
pésimo jugador que hay en él. Fijense que malo habrá sido el partido, que hasta
este muchacho llegó varias veces al arco (obviamente estrelló casi todos los
remates en el palo, como era de esperarse).
El amigo del Grone tampoco quedó lejos de esa meta y sigue demostrando
partido a partido, que si no fuera él quien comienza los lunes organizando
el partido, claramente el resto haría lo posible por dejarlo afuera. Y Dema…
Bueno, pobre Dema. Ni me gasto.
Por el otro lado, el alfajor tuvo al Piedra y a Sepi. Seguramente pensó
que el culo que viene teniendo este último muchacho, con sus inexplicables
invictos, le iban a servir, aunque no pensó que si se llevaba al Colorado
(quien cada vez hace más esfuerzo por jugar peor), iba a anular todo efecto
divino y milagroso que hace que Sepi parezca ser uno de los jugadores con mejor
actualidad en el blog.
El señor de las mil camisetas (para el próximo cumpleaños nos ahorramos
unos mangos y directamente le regalamos un skip, para seguir lavando la que usa
siempre), además de sumar a Sepi y al Drapie, se cargó a Nico y a Bembe.
Agradezco ese sacrificio, ya que lo que más se disfruta en estos partidos donde
escasea el fútbol, son las permanentes discusiones Lopez – Pernik, quienes se
esfuerzan por esconder que son horribles, puteándose uno al otro. También jugó
el Paje, quien desde que dejó de jugar en defensa, se piensa que es
nacho Scocco y juega al lado del arco todo el partido, lo cual es una enorme
ventaja para los rivales.
En conclusión y para no seguir gastando mis dedos en explicar esta
vergüenza que se suscita miércoles tras miércoles, nuevamente me voy
decepcionado. Pensé que con la previa que se generó, con un chino intentando
justificar sus delitos, con un Pablito diciendo que él no protesta por los
errores “arbitrales” en la cancha (pero es el único que después de una semana
sigue justificándolos), con un Marian que se presumía vendría disfrazado de
Astronauta y con un Ari que escribió mas mails el miércoles que en los últimos 20 años,
la cosa iba a cambiar. Pero con estos muertos en cancha, el resultado siempre
es el mismo, TRISTEZA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario